COORDINACIÓN DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL E INTERCAMBIO ACADÉMICO UABC
El viejo y el nuevo Mundo.
El día en que me enteré que era posible cruzar el océano atlántico por medio de la UABC, comenzó a cambiar mi vida. Era mi penúltimo semestre en la carrera de Oceanología y justo el momento cuando tuve la mayor inspiración en el estudio del Océano. Constantemente me preguntaba si la Universidad, las clases, los compañeros, los retos, el mar, la vida misma, etc., serían diferentes del otro lado del mundo, en esa alabada Europa que yo nunca había visitado.
A pesar de que en ese momento no contaba con mucho dinero, en la última semana antes del cierre de la convocatoria de movilidad estudiantil 2007-2 apliqué para irme a la Universidad de Cádiz (UCA), ubicada en el sur de España. Posteriormente, mi aceptación llegó y, sin titubear, preparé mi maleta y emprendí el viaje.
Armando Félix
Bermúdez
Desde el primer día que estuve en tierras españolas, noté grandes cambios. A pesar de compartir historia, idioma y creencias, los contrastes entre la ciudad de México, desde donde salió mi vuelo, y Madrid, en España, donde finalmente aterrizó, fueron muy evidentes y muy desconcertantes, ya que Madrid tiene otro tono al de mi México al igual que posee aromas y multitud de colores que difícilmente se ven en el orbe nacional. Fue sorprendente notarlo, pero también, por la diferencia cultural, un poco aterrador. Afortunadamente, con anticipación, había contactado a María que vivía en Madrid con sus padres cuando estaba de vacaciones y el resto del año estudiaba en Cádiz, donde yo estaría de intercambio. María fue mi guía en la antigua y moderna gran metrópolis de Madrid. Me sentía como un niño preguntándole el significado y el por qué de tantas cosas que llamaban mi atención, donde una tapa con una caña bien fría resultaron ser una buena combinación.
Comparado con las grandes distancias que se recorren en México, después de un breve viaje de aproximadamente 8 horas en autobús desde Madrid, llegamos a Cádiz. Bordeada por murallas, Cádiz es una ciudad rica en historia y cultura, con una antigüedad de más de 3000 años. Su gente es alegre y la influencia Árabe destaca en cada rincón. Por otro lado, la UCA tiene su sede principal en la ciudad, sin embargo, la Facultad de Ciencias del Mar y Ciencias Ambientales se encuentran en el Campus de Puerto Real, que es un poblado cercano a la Ciudad. En particular, la Universidad se encuentra construida a un costado del Río San Pedro, que actualmente es una zona natural protegida donde comúnmente se puede tener un agradable paseo en bicicleta o una caminata disfrutando un aroma a mar y sal bastante reconfortante, atravesando la zona boscosa hasta llegar a la marisma. Mi primer día de clases fue especialmente inusual. La universidad era grande, estaba bordeada por árboles y había más alumnos de los que estaba acostumbrado a ver en mi facultad.
Los salones de clase eran pequeños auditorios, y como era inicio de cursos, los salones estaban abarrotados de estudiantes. El plan académico de la UCA es muy amplio en temas del mar.
Al principio fue difícil elegir las asignaturas. Pero gracias a los comentarios de mis compañeras de casa -unas lindas españolas de las que terminé siendo un gran amigo- y leer las características de cada materia, elegí asignaturas que por un lado fueran novedosas y, por otro lado, materias que podrían ser de gran utilidad en mi México, que muchas veces llegué a extrañar grandemente en la distancia. Teledetección, Ecosistemas Acuáticos, Técnicas Instrumentales en Análisis Marino y Procesos Fisicoquímicos en Sistemas Litorales (oyente) fueron las materias que cursé durante todo el cuatrimestre y que considero fueron parte importante de los cimientos de mi desarrollo científico en los terrenos de la oceanografía química, que es la rama en la que me especializo actualmente.
Las clases eran muy distintas a las que estaba acostumbrado: grandes salones, saturados los primeros y últimos días de clases, donde la interacción entre el maestro y el estudiante era en una sola dirección. El maestro prácticamente impartía pláticas magistrales. Sin embargo, dependía de cada estudiante romper el hielo al asistir a la oficina del profesor en horarios de ayudantías. Los exámenes y la escala de calificaciones eran también muy diferentes. Podrías aprobar con 5 y el 10 era inalcanzable, además de no ser necesaria tu asistencia en clases hasta el examen final al término del cuatrimestre. Cabe mencionar que para involucrarse en investigación se necesitaba estar entre los primeros lugares en calificaciones, ya que a diferencia de las facilidades otorgadas por investigadores en centros como el Instituto de Investigaciones Oceanológicas en Ensenada, México, en la UCA hay grandes filas para participar en tales proyectos.
A pesar de todo lo anterior, las notas que obtuve en cada materia fueron superiores al 8.5 y tuve la fortuna de contactarme con la Dra. Emma Huertas que trabaja en el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, quien rápidamente me incorporó con el Grupo de Oceanografía de Ecosistemas, embarcándome a bordo del Buque Oceanográfico García del Cid durante una semana, partiendo del puerto de Cádiz hasta las costas de Portugal.
A partir de mi estancia en España he crecido intelectual y humanamente. Cuando estuve lejos de mi alma máter me formé intelectualmente en otros ámbitos que no poseía en aquel momento, fui sobresaliente en mi trabajo y sobretodo logré participar en proyectos de investigación muy relevantes en mi formación académica. Después de regresar a México me di cuenta de lo mucho que quiero a mi país, de la necesidad de adoptar la cultura de sustentabilidad que es empleada en Europa, del alto nivel que tiene la UABC en el estudio de las ciencias marinas y de las grandes oportunidades que tenemos los estudiantes para poder desarrollar ciencia aplicable en los más de 11 000 km de costas nacionales.
Considero que soy un caso de éxito UABC Internacional, ya que después de 5 años de haber estudiado en España recibí en la Ciudad de Campeche, México, el Premio Nacional de Oceanografía Pedro Mercado Sánchez en la modalidad posgrado el pasado 14 de septiembre del 2012, como resultado de la presentación de mi tesis de Maestría en Oceanografía Costera, titulada Biogeoquímica de los Metales Cu, y Mn en el Delta del Río Colorado.
El intercambio internacional me abrió muchas puertas que hasta el día de hoy continúan abiertas para aquellos que se atrevan.
"Las clases eran muy distintas"

Datos:
Nombre: Armando Félix Bermudez.
Carrera: Lic. en Oceanología .
Facultad: Ciencias Marinas.
Campus: Ensenada.
Intercambio: Universidad de Cádiz,
España. 2007/2.
